Cruz Azul consiguió su tercera victoria de manera consecutiva tras vencer el sábado 2 a 1 a los Tigres en el Estadio Azteca.
Sin embargo, el camino al triunfo no fue nada sencillo y tuvo como guía al portero Jesús Corona.
Aunque antes del espectáculo bajo los tres palos del guardameta celeste, su ofensiva se hizo presente; al minuto 7 en una jugada a balón parado, Adrián Aldrete centró a segundo poste, donde Juan Escobar recentró con la testa, para la llegada de Luis Romo quien también de cabeza, empujó el esférico al fondo de las redes.
A partir de ahí, la Máquina le cedió la posesión de la pelota a los Tigres, lo que desembocó en jugadas de peligro, como al minuto 10, cuando Édgar Dueñas probó fortuna con un potente disparo raso desde fuera del área, el cual fue rechazado por Corona tras su lance.
Para la media hora de partido, la insistencia felina continuaba y esta vez por conducto de Luis Quiñones, quien se puso frente al portero cementero a la entrada del área chica, sacó un derechazo que fue contenido en primera instancia y enviado a tiro de esquina en el rechace.
Sólo cinco minutos después los felinos armaron una más de peligro, ahora por conducto de Enner Valencia, quien tras un pase filtrado de Quiñones por derecha,disparó un trallazo a la esquina inferior de la portería Azul, pero nuevamente Corona se lanzaría con un manotazo salvador que mantenía el cero en su puerta.
Tanto dominio ofensivo de Tigres rindió fruto, pues en una descolgada al minuto 61, Luis Quiñones con su velocidad dejó atrás a Aldrete, centró a media altura pero el guardameta cementero rechazó, aunque el balón le quedó a Javier Aquino quien, ante el marco descubierto, sólo disparó para sellar el empate parcial.
Pero al parecer los regiomontanos se conformaron con la igualada y dejaron de tener posesión, lo que al final les costaría muy caro.
Tras una falta de Valencia sobre Jonathan Rodríguez en la media luna, Aldrete se dispuso a cobrar el tiro de castigo, con un disparo que contó con la buena fortuna de pasar en un hueco de la barrera en donde estaban André-Pierre Gignag y Francisco Meza, además de que este último la desvió y le cambió un poco la trayectoria, lo que hizo que Nahuel Guzmán sólo viera caer dramáticamente su meta.
Y ese fue el cerrojazo del partido, pues unos Tigres cansados y desanimados ya no hicieron más esfuerzos por conseguir atacar y así se extinguió el tiempo del partido.
Así que después de 7 jornadas, la Máquina alcanzó 13 puntos, mientras que Tigres se quedó en 7 unidades.
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